Gestos para Cuidar tus Oídos

Te contamos una serie de pequeños gestos que te ayudarán a cuidar de tus oídos y por lo tanto de tu audición. Es más fácil de lo que piensas.


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Pequeños gestos para cuidar tus oídos y tu audición

Mantener una rutina auditiva saludable es muy importante y puede marcar el devenir de nuestros oídos en un futuro no muy lejano. Si tenemos unos hábitos auditivos sanos, lo agradeceremos por el bienestar de nuestra audición. Es obvio que escuchar música a gran volumen puede dañar la calidad de nuestra audición y de nuestros oídos, pero también existen gestos pequeños capaces de marcar la diferencia. La educación auditiva es vital para gozar de un buen oído durante el resto de nuestra vida y aquí podemos ver algunos ejemplos claros para saber qué hacer.


Limpiar los oídos con regularidad

La higiene es vital para prevenir infecciones, las cuales pueden resultar en una pérdida de la audición de manera temporal o incluso irreversible. Es muy importante saber cómo hacerlo bien, ya que de lo contrario las consecuencias pueden resultar catastróficas. Por ejemplo, hay evitar cualquier elemento que resulte intrusivo para el canal auditivo, como por ejemplo los bastoncillos.


Bajar el sonido de la televisión

Bajar el volumen de la televisión, sobre todo si estamos viendo una película de acción u otra con muchos cambios de intensidad acústica (se puede intuir si hay disparos, bombas...), ya que si dicho cambio es brusco, puede ser muy dañino para nuestra audición. Aunque solo sea un nivel menos, la diferencia puede resultar prácticamente imperceptible y los oídos pueden disfrutar de un pequeño descanso. Al acostumbrarlos a un nivel de decibelios menor el futuro de nuestros oídos y de nuestra audición será más próspero. La misma máxima se puede aplicar a la hora de escuchar música.


No introducir auriculares en el oído

Los auriculares pueden ser peligros al resultar intrusivos para los oídos. Lo ideal es no utilizarlos, en su defecto optar por unos cascos, aunque en el caso de hacerlo se recomienda introducirlos lo menos posible en el canal auditivo para no dañar ni a éste ni al tímpano.


Revisiones médicas periódicas

Visita a un médico especialista de manera periódica, sobre todo a partir de los 50 años. Y, aunque seas más joven, hazlo al menos una vez al año. Esta es la mejor forma de detectar lesiones o infecciones en los oídos, así como el mínimo indicio de una posible pérdida de la audición. Con solo unos minutos en el médico, se pueden ganar muchos años de audición.


Cuidado con los conciertos

En las salas de conciertos de música y en las discotecas se emiten sonidos a un nivel de decibelios muy por encima de lo recomendado. Procura no frecuentarlos muy a menudo y, en el caso de hacerlo, dale una tregua a tus oídos. Para ello puedes hacer una pausa cada 30 o 40 minutos. Y si estás 2 horas a un nivel acústico por encima de los 100 decibelios, deberías darle un descanso a tus oídos durante al menos las 16 horas posteriores.


Dormir en silencio

Duerme en un entorno silencioso. Para ello apaga la televisión y el reproductor de música, no pongas la lavadora ni el lavavajillas... Cuanto menos ruido haya, no solo descansarás mejor, sino que además tus oídos también lo harán. Ten en cuenta que los oídos también necesitan reposo para poder rendir mejor a largo plazo.


Utilizar tapones para nadar

Si vas a nadar en una piscina o en el mar, debes ser consciente de toda la suciedad y de todos los elementos químicos que puede haber en esa agua. Para evitar que se metan dentro de tu canal auditivo, lo mejor es llevar tapones de oído para natación.


Sonidos de la naturaleza

Los expertos en salud auditiva recomiendan que de vez en cuando vayamos a lugares tranquilos para que los oídos se relajen. Está comprobado médicamente que una tarde en medio de la naturaleza, escuchando prácticamente solo el piar de los pájaros y la corriente de un riachuelo, es muy reconfortante para los oídos y frena la pérdida de audición.


Evitar los gritos

Aunque según el ambiente en el que te muevas, puede que eso sea más complicado, por ejemplo si tienes niños pequeños o trabajas en un colegio. En cualquier caso, fomentar la educación acústica es primordial para todos porque cuanto menos gritos haya (al margen de menos dolores de cabeza y de garganta para todas las partes), también se producirán menos dolores de oído. Todo ello se puede traducir a la larga en menos casos de sordera parcial o completa.


Empezar temprano a cuidar tus oídos

Estos pequeños gestos son muy simples y pueden implicar más ventajas que desventajas. La salud auditiva es muy importante para nuestros oídos y si queremos que éstos gocen de una buena salud durante toda la vida, hay que cuidar de ellos desde pequeños. Eso sí, nunca es tarde para empezar.



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